El tiempo se detiene entre la selva y el dolor, todo momento parece hacerse eterno, y quienes quedamos "libres" solo ansiamos una Colombia diferente, pero... es que nunca la hemos tenido, las excusas abundan para tomar la violencia como medio de gobierno.
La represión de las ideas, es siempre justificable, cuando no somos capaces de entender los otros puntos de vista que traen consigo nuevas propuestas, y ponen en entre dicho el poder de la violencia; nuevamente son silenciadas las voces, y olvidamos, para pasar a los recuerdos invisibles de un sin rostro llorando entre el ruido de la selva de asfalto.
Es entonces cuando recuerdo y recurro a Vargas Vila, quien en 1892 escribió;
" ...y, así se vive, esperando una revolución que no se impulsa, una libertad que no se engendra, y fingiendo fe mesiánica, como un trapense ante su tumba abierta, la sociedad vive tiritando de miedo, hambrienta de silencio; escribir la verdad es un crimen, todo lo viril, lo resistente, lo franco, lo grandioso se excusa o se desaprueba; se tiene miedo a la dignidad del que carece de miedo; se critica a los gobiernos, pero a media voz se les insulta, pero muy paso; y con esta debilidad imbécil se hace sagrado el despotismo, y con esta complicidad del miedo, traducida en falso pudor, se silencian liviandades de los déspotas, tornando en mudo respeto al vicio lo que debería ser protesta atronadora contra él..."
Me pregunto entonces, ¿cuándo nos atreveremos a luchar por propuestas diferentes que permitan a nuestro país lograr ser una verdadera patria libre y democrática? Quizá sencillamente nos quedemos en el conformismo de la salida fácil y rápida… aunque poco efectiva.
Declaraciones Alan Jara